EL TREN DIRECTO HASTA MAR DEL PLATA TARDA APENAS 15 MINUTOS MENOS QUE EL “LECHERO”

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Viaje a Mar del Plata en tren. (Fotos David Fernández)
Es un viaje de 6 horas y 35 minutos y no para nunca. Pero hay tramos que debe hacerlos a 10 km por hora por el estado de las vías. Prometen que recién para abril de 2019 será más veloz.
Hay que madrugar para subirse al tren directo que une Constitución con Mar del Plata.
Corre una señora con su nieta, que llegan a despachar las valijas justo antes de que la locomotora comience a moverse, puntual, a las 4.15 de la mañana: “Nos quedamos dormidas y casi lo pierdo”, dice ya más relajada.
Viaje a Mar del Plata en tren. (Fotos David Fernández)
El servicio tiene un enemigo: el reloj. No sólo por el horario en el que sale desde una zona no muy amigable para circular de noche y que provoca que llegar hasta allí en taxi o remís a algunos les pueda costar casi lo mismo que el propio pasaje, sino que tarda sólo 15 minutos menos que el tren que ya funciona desde julio y que tiene doce paradas. La empresa promete que en 2019 será más veloz.
Esta nueva formación se inauguró la semana pasada y será la nueva opción que tengan los veraneantes para llegar a la costa atlántica. Clarín estuvo en el tren para contar cómo es viajar a La Feliz por esta vía, y se encontró con un transporte de última generación pero con un camino de otra década.
El tren es silencioso, cómodo para descansar y tiene un mayor espacio entre asientos que el de la clase turista de un avión, si uno se lo propone podría dormir todo el trayecto sin abrir los ojos. Pero tiene problemas que hacen dudar a los pasajeros a la hora de elegir la mejor manera de llegar hasta el mar, uno de ellos –tal vez el más importante- es el del tiempo: va muy lento.
Viaje a Mar del Plata en tren. (Fotos David Fernández)
Por momentos la locomotora no supera los 10 kilómetros por hora, lo que hace pensar que está por frenar en cualquier momento. La acción la repite varias veces en los 400 kilómetros que separan la ciudad de Buenos Aires con la balnearia. Lo llamativo es que no sólo ocurre cuando pasa cerca de zonas urbanas, sino también cuando no hay nada alrededor y sólo se ve el campo y alguna vaca a varios metros de distancia.
En donde el trayecto está en mejores condiciones, la velocidad máxima que puede alcanzar es de 100 km/h. La formación en realidad podría llegar a los 140 km/h, pero por las condiciones del camino no lo hace. Sería como querer acelerar una Ferrari en un viejo empedrado.
El horario de salida es la queja que más se repite entre los pasajeros. Salir a las cuatro de la mañana de Constitución es complejo porque a esa hora ya casi no hay transporte público y las personas no tienen opciones para llegar. Quienes viven lejos y deciden pagar un taxi, el precio puede costar lo mismo que el propio pasaje en tren.
Alfredo Rosa, guarda del tren. (Fotos David Fernández)
La situación es difícil hasta para los empleados del ferrocarril, que deben pasar la noche en la estación: “Llego a las 22, cuando pasa el último tren desde mi casa en Hudson y desde ahí espero hasta subirme a éste”, cuenta uno de los mozos. Los turistas también hacen malabares para llegar a la estación, que es peligrosa a esa hora. Como Ricardo Gutiérrez, jubilado, que se tuvo que tomar dos colectivos desde Florencio Varela: “Es insólito que lo hayan puesto en ese horario, es inseguro y peligroso”.
Si bien todos los coches tienen baños muy bien cuidados y limpios, pasillos relucientes y aire acondicionado, no hay WiFi y la plataforma para ver películas online desde el teléfono no funciona. Si alguien quiere escuchar música o jugar con el celular, deberá saber que es muy difícil cargar la batería: sólo hay dos enchufes por vagón y los pasajeros hacen fila en el baño (donde hay un toma) para recargar el teléfono.
La formación tiene, como en las épocas doradas de los años ‘50, un salón comedor con buenos precios. Aunque en el viaje que hizo este diario el bar parecería haber sido “saqueado”. Sólo se podía comprar café ($25), gaseosas ($30), pebete de jamón y queso ($50) y galletitas de agua ($15). Según el menú debería estar disponible también una pizza individual ($65), sándwich de milanesa ($70), medialunas ($6) y diferentes tipos de golosinas.
El salón comedor. (Fotos David Fernández)
En cuanto al precio del pasaje, los valores varían dependiendo los días. Es más caro los fines de semana y en determinadas fechas (feriados, cambios de quincena) y más barato los martes, miércoles y jueves. Así, el pasaje de ida en Primera (la categoría básica) va de 460 a 510 pesos. El pasaje en Pullman, la clase más alta, puede costar hasta 615 pesos. Son precios más económicos que los de los micros de larga distancia, que salen de Retiro con valores de 600 a 800 pesos y tardan poco más de cinco horas.
Mariano Gavira

 clarin
12/12/17